Salida 02/11/25
El bosque me llamaba. Hacía rato que no iba y quería hacer mi aporte al BEAP, del cual formo parte. Asi que además de disfrutar lo que la naturaleza tenga para darme, quería encontrar por lo menos 1 nido de Carpintero Gigante.
El día comenzaba con unas bellas nubes adornando el cielo azul. Estas nubes se llaman «Cirro unicinus». Generalmente se ven cuando se aproximan frentes cálidos (hoy la temperatura llegó a 20 grados). Están en la troposfera y significa que una precipitación se aproxima. (hay pronóstico de lloviznas para mañana por la noche).

El bosque está sumamente castigado por la presencia de Vacas, con lo cual hay MUY poca variedad de flora… predomina el pasto y el Michay de Lenga (Berberis serratodentata).

Cabecitanegra austral, Zorzal patagónico, Fíofio silbón, Ratona y Cachañas musicalizaban el bosque, mientras yo iba en busca de mi primer objetivo.
Y a poco de llegar al punto de búsqueda, aparecieron.
Silenciosos, a pocos metros mío y centímetros del piso. Así me invitaron a pasear por el bosque, con vuelos cortos, de árbol en árbol, con algunas vocalizaciones entre ellos y una paz increíble para conmigo.
Ella luciendo un radiante plumaje negro, con un largo rulo sobre su cabeza y él con su característica cabeza roja y mini jopo.


Se alimentaron un buen rato, e incluso fueron atacados por una pareja de Zorzal Patagónico (Turdus falcklandii), que seguramente estaba anidando cerca del sitio de picoteo.

Pero estamos en primavera, así que la intimidad está a la orden del día. Claro que no siempre la podemos ver. Por suerte para mi (y para vos que estás leyendo esto), pude filmarla.

Luego de todo este show, hicieron un vuelo largo, alto y juntos… eso solo podía significar una cosa: nido.
Así que allá fui, a verificar mi teoría.
Y así fue, ella fue a inspeccionar que estuviera todo bien. Al pie del árbol los chips de la temporada confirmaban el nido. Hubo que levantar la vista ya que se encuentra a unos cuantos metros de altura.

Con el primer objetivo cumplido, continué mi recorrido por el bosque. Como los Carpinteros son territoriales, tenía posibilidades de encontrar otra pareja con nido en otro territorio.
En el camino me crucé con esta Remolinera, para algunos es la «Remolinera de bosque» y para la mayoría aún es la «Remolinera Parda» (Cinclodes fuscus).

Y a la vera del arroyo, una hermosa flor llamada comúnmente: Lágrima de arroyo (Ourisia ruelloides) en Argentina y Flor de la Cascada en Chile.
Es una planta herbácea, perennifolia, que resiste temperaturas bajas (de hasta -15° C , incluso -20° C). Puede estar cubierta de nieve durante largo tiempo (entre uno y ocho meses).
Posee hojas ovaladas, con bordes aserrados irregulares y venas explícitas, de 3 a 6 cm de largo organizadas en forma de rosetas. Produce tallos de unos 20 cm de alto durante la floración.
Cada tallo produce unas 20 flores hermafroditas de color rojo intenso tubulares de unos 3 cm de largo, reunidas en inflorescencias terminales.
El cáliz de la flor se compone de cinco sépalos, corola tubular terminada en 5 lóbulos; cuatro estambres, un pistilo. Su fruto es una cápsula.

Ya estaba en un nuevo territorio, atento a cualquier golpeteo o vocalización que me dé la pauta de la presencia de los Carpinteros
Pero, a pesar del silencio y la atención, no se mostraron.
Continué caminando, no solo buscando a los carpinteros sino atento a cualquier cosa interesante para registrar. Subí montículos, crucé claros de bosque y en medio del sendero, me encontré con un plumerío. Los colores delatan rápidamente la especie atacada…

Luego de unas fotos caminé un poco más, y por esas cosas misteriosas de la vida, decidí frenar y darme vuelta, solo para descubrir que el depredador estaba allí y no hacía mas que comenzar su festín.
En lo alto de una rama de Lenga, un Peuquito (Astor chilensis, ex Accipiter chilensis), desplumaba felizmente su reciente presa. Sí, esa acción, se había realizado justo antes de que yo llegara. Cosas del destino, tenía que apreciar estos momentos salvajes que muy pocas veces podemos visualizar.

El peuquito apenas reparó en mi presencia, lo cual me permitió buscar distintos ángulos tanto para sacar fotos como para filmar un rato.
Luego de su almuerzo, fue momento de limpieza y hacer las necesidades:



Luego de una larga digestión (momento que aproveché para sentarme a almorzar yo también), salió volando entre los árboles y lo perdí de vista.
Decidí entonces continuar con mi recorrido. Crucé una pareja de Caranchos que sobrevolaba el bosque, un montón de parejitas de Cachaña que están eligiendo sus futuros nidos, las siempre ruidosas ratonas que le gritan a todo lo que pase cerca y algún que otro hongo rezagado.

Crucé luego a otro territorio (la vuelta la iba a hacer por otro camino para seguir buscando suerte), cuando sobre una rama vi esto:

También llamado: «burrito», «caballito» o «cabrito», es un insecto nativo, hervíboro. La hembra es más grande que el macho (se ve claramente en la foto). Al igual que todos los coleópteros, tiene el primer par de alas (o élitros) endurecido, formando una especie de caparazón. En esta especie, además, los élitros son rugosos y están soldados entre sí, por lo que no vuelan. Cuando se siente amenazado, se queda inmóvil y se deja caer al suelo, haciéndose pasar por muerto, comportamiento que se denomina necro-mimetismo.

En ese momento escuché otro carpintero y dije: capaz hoy es mi día de suerte (como si, con todo lo que ya te conté, aún no lo fuera…). Era una hembra solitaria, la acompañé un rato. Si estaba sola probablemente el macho estuviera encargándose del nido… ¿incubando?. Cuestión que en un momento dado subió a lo alto de una lenga enorme y realizó un vuelo muy alto y largo que hizo que la pierda de vista. Por mas que me fui en su dirección, ya no tuve ninguna señal, ni de ella ni de su pareja… será la próxima.
Continué por el sendero, atravesando territorios, observando y escuchando muchas especies de las que conté al principio, hasta que, sobre el final, apareció una muy muy muy pequeñita, que tiene un canto super fuerte, y se deja ver poco: el Churrín Andino (Scytalopus magellanicus).
Su estridente vocalización me ayudó a encontrar el sector dónde se encontraba… y luego de un rato de paciencia pasó por al lado mío. Y te juro que es ¡muy chiquito!.
Entre su coloración, tamaño y rápido andar, solo pude hacerle una foto que me gustó y es la que comparto.

Otro día espectacular a la colección, otro relato que me quedará en la memoria para recordar, revivir y compartir. Nuevamente: ¡Gracias!

Excelentísimo día Facu!! Que hermosos registros pudiste hacer!
Gracias por compartir tu arte, conocimiento y amor a la naturaleza. También disfruto explorar caminos solitarios y fotografiar, pero amateur y con celular.
Hermoso relato! Gracias por compartir! Registrate casi todo y más!
Estupendo relato. Muchas gracias. ¿En que zona fue tu recorrido?
Gracias!!
IMPRESIONANTE TU TRABAJO!!!!
Muchas gracias por compartir tanta delicia!!!