Salida 27/09/25

Con la firme intención de salir de casa, hablé con Fede y me fui para la estancia El Desafío. El objetivo principal era liberar el camino de unas lengas que impedían el paso y después… lo que apareciera, bienvenido sea.

Luego de liberar el primer tramo, subimos a Ver Cóndores, aunque el fuertísimo viento impedía quedarse a esperar con lo cual fue una parada fugaz.

Decidimos entonces visitar unas cuevas. Y entre charlas de posible uso tehuelche, pudimos registrar unas cuantas huellas de puma.

Continuamos por el camino, atentos al bosque, aunque unas cuantas lengas mas nos volvieron al trabajo.

Una vez que liberamos todo, apuntamos al siguiente objetivo primario: Encontrar a la pareja de Tucúquere y ver si podíamos encontrarles el nido.

En el trayecto vimos un par de Jotes de Cabeza Negra sobrevolando el cielo y una pequeña pero afilada asta de ciervo colorado.

Cuando nos dirigimos al territorio de los Búhos, enseguida los pudimos ver volar. Esto es algo que nos llama la atención: esta pareja está siempre activa de día, a diferencia de otras que suelen dormir (o al menos dormitar).

Esta vez no vocalizaron nunca, con lo cual para verlos era estar atentos al bosque, verlos volar y después jugar un poco a encontrarlos posados. Si bien son grandes, tanto posados como en vuelo, no producen sonido y su plumaje críptico es todo un desafío.

De los 2, hubo uno que lo vimos volar y desapareció, mientras que el otro nos llevó a dar una vuelta grande por el bosque, pero que finalmente fue circular… terminó donde habíamos comenzado. A pesar del esfuerzo, y la búsqueda, no pudimos dar con el nido.

Entre todo esto, tuvimos también la fortuna de ver una pareja de Cachañas inspeccionando un posible nido. Muy linda la parejita y muy tranquila.

Vimos a lo lejos también una pareja de Diucón, pero decidimos ir hacia el otro lado, dónde nos topamos con una pareja de Carpintero Gigante. Ellos deberían estar haciendo nido para la temporada, pero se pegaron un par de vuelos muy largos y los perdimos de vista.

El viento creció en intensidad, apareció la lluvia y sobre todo bajó muchísimo la temperatura. Así que decidimos bajar a almorzar (terminamos de comer pasadas las 18hs).
Entre charlas y reflexiones terminó el día con la firme promesa de repetir el próximo fin de semana y continuar intentando develar los secretos que guardan los animales del bosque.